jueves, 11 de junio de 2015

REALIDAD QUE SUPERA LA FICCIÓN

El siguiente artículo que voy a compartir con ustedes está fuera de mi jurisdicción. Pero en vista de la realidad que se vive actualmente en nuestro país, me he visto en la obligación de publicar esto. Se trata de un artículo que apareció en mi cuenta de Facebook por cortesía de Juan Amado y el MOVIN (en Panamá), y en donde se analiza esta realidad con un profundo análisis. Aquí está el artículo:

Presiento que estamos ante una epidemia global de corrupción. Entidades gubernamentales, organismos deportivos, empresas de servicios públicos, entidades financieras, empresas privadas y organizaciones no gubernamentales, incluyendo aquellas de carácter religioso han sido, de una forma u otra, protagonistas de escándalos recientes de corrupción.

Estas son algunas de las formas en que la corrupción nos afecta:

La corrupción atenúa el efecto del recurso invertido. Parte del tiempo, esfuerzo y dinero que pudiese ser utilizado en resolver problemas de manera más profunda o abarcadora se desvía en beneficio de terceros que no son parte legítima de la ecuación.

La corrupción destruye la confianza ciudadana en la gestión pública generando, a su vez, dos efectos secundarios. El primero es el estigma generalizado que todos los gobiernos y los políticos son iguales, y que los ciudadanos estamos de una u otra manera condenados a soportar esta realidad; llamémosle pesimismo colectivo. El segundo es que cada proyecto, aun cuando sea técnicamente sustentable y necesario, tiene que ser vendido a nivel político y popular. Esto significa, a su vez, que proyectos potencialmente buenos, pero difíciles de vender se abortan. Además, este maquillaje para convencer al pueblo, añade una capa adicional de burocracia a la gestión pública que al final termina sumando a los costos operativos del estado. En otras palabras, nosotros los ciudadanos, pagamos una porción de nuestros impuestos para que se nos convenza de las virtudes de aquello que necesitamos, pero que desconfiamos que se pueda llevar a cabo sin que alguien se enriquezca indebidamente en el camino.

La corrupción da un mal ejemplo. Particularmente susceptibles son aquellos quienes, en su etapa formativa, no cuentan con una estructura familiar que les sirva de guía, o un entorno sano en temas de valores y ética. En ellos, el ejemplo de la corrupción como herramienta para salir adelante en la vida, es particularmente dañino. Es en ese ambiente, que el virus de la corrupción y el juega vivo se multiplica. Preocupante evidencia de esto es ver como, aún en forma cotidiana, hay muchos que ven a los corruptos con envidia, en vez de con repudio.

Para mi la más nociva es que, la corrupción desincentiva la participación de individuos u organizaciones que, a través de su esfuerzo, ingenio, pasión, y persistencia, ofrecen a nuestra comunidad y a la raza humana en general, las soluciones más creativas, prácticas y eficientes. Menoscaba el efecto de quienes están comprometidos con aportar a la sociedad mediante sus productos o servicios, los más altos estándares de desempeño y eficiencia, obligándolos a operar en sectores del mercado al margen de los negocios principales. En términos Darwinianos, la corrupción desvirtúa el proceso de selección natural alterando las reglas de la competencia.

Lo que vemos hoy día en las noticias, son los resultados de aquellos casos en los cuales ha sido imposible seguir escondiendo lo actuado. Sin embargo, es importante mantener en mente que así como siete octavos del iceberg yacen debajo del agua, la gran masa de la corrupción pasa oculta frente a nuestras narices.

Juan Amado

No sé cuál es su opinión al respecto, pero por mi parte no voy a decir nada...

#8: REALIDAD QUE SUPERA LA FICCIÓN

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