miércoles, 19 de junio de 2019

¿QUÉ LES PASA A LOS NIÑOS DE AHORA?

Foto: ¿Qué les pasa a los niños de hoy?

Nunca antes los niños habían estado sometidos a tanta presión. Con agendas repletas de actividades extraescolares, deberes para casa desde muy pequeños... a los críos apenas les queda tiempo para jugar. Y cuando lo hacen, están sometidos al control de los adultos. Toda esta presión y competitividad a la que se ven sometidos, ¿acaso no les resta tiempo para ser... niños? En la sociedad actual globalizada algo está cambiando: hiperactividad infantil, déficits de atención, trastornos de la conducta alimentaria, depresión infantil, obesidad... ¿Qué les pasa a los niños de hoy?


¿Cómo se sienten?

Tal y como explica Carl Honoré en su libro Bajo presión (2008), nunca antes los niños habían estado sometidos a tanta presión: después del colegio, las agendas están repletas de deberes y actividades extraescolares y a los menores apenas les queda tiempo para jugar. Cada vez a más temprana edad los niños llevan tarea para casa, y no cabe duda de que el poder hacerlos les ayuda a ser más responsables, pero necesitan también algo de tiempo para poder hacer cosas sin mirar el reloj. No olvidemos que jugar es fundamental para su desarrollo y bienestar. Además, la combinación de “deberes” con un poco de “ocio” posiblemente les ayude a sentirse mejor y puedan afrontar los quehaceres con más optimismo.
Sin duda la infancia de los niños de hoy es muy diferente a la que tuvieron sus padres: mientras que los primeros están sometidos a una continua vigilancia por parte de los adultos (ir a comprar el pan a la tienda de la esquina o jugar solos en los columpios parecen actividades demasiado peligrosas), sus progenitores pudieron jugar sin supervisión en la calle durante horas y horas. Sin embargo, la realidad es que la sociedad actual parece más peligrosa: numerosas noticias sobre secuestros de menores o pederastas desatan la necesidad de un control continuo.

¿Cuáles son los problemas de los padres?

Pero, ¿qué más cosas han cambiado respecto a generaciones anteriores? Hoy en día, vivimos en una sociedad global y tremendamente competitiva, y no sólo en lo que a lo laboral se refiere, sino también en cuanto a la propia tarea de ser padres: revistas especializadas, libros, cursillos... Toda esta información puede ayudar a los padres ante un trabajo tan difícil, pero puede también tener el efecto contrario: hacer que se sientan más inseguros, que confíen menos en sus propios recursos, que sientan que necesitan una figura de “autoridad” con conocimientos en la materia para poder llevar a cabo la tarea de ser padres.
Sin duda el ritmo de la sociedad actual les resta tiempo para que puedan estar con sus hijos: las jornadas laborales son cada vez más largas y la conciliación con la vida familiar es complicada. Jornadas maratónicas también para los niños, pues después del colegio vienen las actividades extraescolares, que sin duda juegan un papel importante en la sociedad actual. En realidad, no son “perjudiciales” en sí mismas: son sin duda un buen apoyo para padres que pasan muchas horas en el trabajo y, en parte, sirven para que los niños disfruten haciendo algo diferente. El problema viene cuando las agendas de los pequeños están tan repletas de obligaciones que apenas les queda tiempo libre para jugar o ir al parque, hasta el punto en que los adultos tienen que organizar sus propias agenda en función del horario de los hijos.
En definitiva, al final del día queda poco tiempo para que los progenitores puedan sentarse con los críos y hablar de cómo les ha ido el día, de cómo están y de cómo se sienten. ¿Qué pasa entonces con el vínculo entre padres e hijos? ¿Dónde queda el mero placer de pasar un rato juntos sin ningún objetivo más que ese, pasar el rato? Tal y como Daniel Siegel y Mary Hartzell afirmaban en su libro Ser Padres Conscientes (2005), “cuando estamos demasiado ocupados haciendo cosas para nuestros hijos, nos olvidamos de que lo más importante es, sencillamente, estar con ellos”.

Y pese a las dificultades, los padres pueden hacer mucho…

Sin duda, los que son padres saben que tratar de buscar el equilibrio entre unas cosas y otras no es nada fácil pero sería importante pararnos a pensar, a reflexionar sobre la relación que tenemos con nuestros hijos, hacernos preguntas sobre cómo estamos haciendo las cosas: “¿realmente es esta actividad tan importante? ¿Acaso no preferiría estar un rato tranquilamente con mi hijo… sin los deberes desplegados sobre la mesa? ¿Cuándo fue la última vez que jugamos juntos?”
Nuestros hijos nos necesitan y nosotros a ellos. Pensemos más en cómo disfrutar estando juntos, pensemos en cuáles son las verdaderas prioridades, imaginemos como adultos cómo nos sentiríamos si tuviéramos a alguien que cada día se preocupa e interesa sobre cómo estamos, qué tal hemos pasado el día, qué nos gusta o necesitamos más… Sin duda nos haría sentir queridos, cuidados, apreciados, felices…
Y aunque poder pararnos a pensar sobre todo esto sea un gran reto, tiene grandes recompensas para todos. Como dijo Oscar Wilde, “el mejor medio para hacer buenos a los niños, es hacerlos felices”.

¿QUÉ ES EL MODO INCÓGNITO?

La navegación privada tiene más usos de los que imaginas. Repasemos algunos de los más comunes y otros de lo más curiosos y creativos.

El modo incógnito (o navegación privada) es una función presente en la mayoría de navegadores de sistemas operativos de sobremesa y móvil que te permite navegar por Internet de forma anónima. Más o menos.
En este modo no se registran las páginas que visitas en el Historial, ni se guardan las cookies. Es por ello que mucha gente cree que sólo sirve para ver páginas para adultos o similares, pero lo cierto es que tiene otros usos muy interesantes.
A continuación te traemos 8 maneras de sacar provecho del modo incógnito de tu navegador.

Usar otras cuentas en páginas, sin perder la sesión

Un amigo viene de visita y quiere ver sus mensajes de Facebook o de Gmail. ¡No dejes que te cierre la sesión para abrir la suya! En su lugar, abre una nueva ventana de navegación privada.
Te ahorrará tener que iniciar sesión más tarde, y también dejará a tu amigo más tranquilo, porque tu navegador no recordará sus contraseñas ni sesiones.
Además, este uso te será muy cómodo si tienes varias cuentas para un mismo servicio, algo muy habitual entre los aficionados a la tecnología. Deja el modo abierto para tu cuenta habitual y usa el incógnito para acceder a tus cuentas secundarias.

Navegar fuera de casa

Es una situación muy común conectarte desde un ordenador público (ciber café, biblioteca, hotel…) y comprobar cómo alguien ha dejado abierta su sesión en Facebook o en el correo. Como no tengo ningún interés de hacer daño siempre he cerrado esos perfiles de inmediato, pero hay gente que puede tener la tentación de “trolear” al pobre individuo incauto para echarse unas risas.
Así, siempre que estés fuera de casa y navegues en un ordenador ajeno (especialmente en un sitio público) asegúrate de haber activado la navegación privada. De esta forma será imposible que el próximo usuario que use ese ordenador pueda acceder a tus cuentas de correo, redes sociales o, lo que sería peor, a alguna tienda virtual.

Enviar formularios con datos confidenciales

La protección del modo incógnito evita que los datos confidenciales se queden en el navegador (cookies, historial, extensiones malintencionadas…).
Por tanto, no es mala idea usarlo para enviar un formulario especialmente comprometido, como una gestión bancaria o trámites administrativos. Más vale prevenir que curar.

Buscar información sobre temas “sensibles”

Si vas a buscar información sobre un tema del que no quieres que nadie se entere, una buena opción es usar el modo incógnito.
Esto es útil, por ejemplo, para evitar que tus hijos puedan acceder a webs no indicadas para su edad, a las que podrían caer por accidente accediendo al historial de navegación.

Planificar sorpresas

Hoy en día compramos mucho por Internet en tiendas virtuales. Si navegamos de forma pública todas las búsquedas que hayamos realizado en estas webs generarán anuncios relacionados que pueden aparecer en varias páginas. Por ejemplo, si has estado buscando información de cruceros aparecerán anuncios relacionados mientras navegas por tu periódico online favorito.
Si estás planeando un viaje inesperado con tu familia esto podría estropearles la sorpresa ya que les estaría dando pistas. Evita esto usando la navegación privada cuando accedes a webs de compra de regalos, viajes o subastas online.

Comprar billetes de avión a mejor precio

Cuando navegues por ciertas páginas de compra de billetes de avión te conviene usar el modo incógnito, y no sólo para no desvelar sorpresas. Lo cierto es que algunas compañías aéreas varían los precios de sus vuelos así como la disponibilidad de asientos rastreando tu información de navegación.
Aunque no es una práctica extendida en todas las compañías (entre las confirmadas está Ryanair), haz la prueba en algunas webs y te sorprenderás de la variación en los precios, generalmente inferiores si navegas en privado.

Navegar en el trabajo

Es cierto que en el trabajo solo deberíamos usar Internet para cosas relacionadas con nuestras tarea, pero ¿qué daño puede echarle un vistazo a tu perfil de Facebook o comprobar si tienes nuevos mensajes en tu cuenta de correo personal?
Seguramente ninguno, pero es probable que a tu jefe no le haga ninguna gracia. Con el modo incógnito te ahorras las complicaciones de borrar el historial o preocuparte por contraseñas guardadas. Al cerrar la ventana, todo desaparecerá.
Ten en cuenta, aún así, que algunos empresas tienen proxys especiales que evitan que el modo incógnito sea efectivo y pueden monitorizar qué haces. Así pues, infórmate de las políticas de tu empresa y no abuses de Internet para asuntos personales.

Testear tu página web

El modo incógnito supone una forma rápida de ver cómo se comporta una página web sin cookies, lo cual es útil mientras estás desarrollando una página web.
De este modo, puedes comprobar rápidamente cómo se ve tu página en el navegador de un nuevo visitante que no tiene cuenta de usuario.

No tengas miedo al modo incógnito

No pienses que usar el modo incógnito en el navegador es algo marginal o para usos ilícitos. Como ves, tiene utilidades muy prácticas para sacarle más partido a Internet y todas las posibilidades que nos ofrece.
¿Qué otros usos se te ocurren para el modo incógnito?

jueves, 6 de junio de 2019

VEO MAL A LA EMBAJADA JAPONESA EN PANAMÁ...


Estimados interesados en el idioma japonés y la cultura japonesa: 

La Universidad Tecnológica de Panamá y la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), en conjunto con la Universidad de Panamá, la Asociación Japonesa de Panamá y la Escuela Japonesa de Panamá, invitan cordialmente a los interesados en el idioma japonés a un espacio de conversación y práctica llamado “NIHONGO Space”, con hablantes de japonés. Aunque los hablantes de japonés participantes no siempre tienen experiencia en la enseñanza del idioma japonés ni manejan bien el español, ellos tienen intención de conversar con ustedes utilizando el idioma japonés. ¡Les esperamos!

Dirección de la Escuela Japonesa de Panamá: Calle Anastasio Ruiz, Marbella.

Habrá que investigar bien sobre el asunto... porque me temo que este "intercambio cultural" no pinta nada bien... Por cierto, no sabía que existía una "Escuela Japonesa" en mi tierra natal...

(Aclaración: los "habitantes de japonés" de quienes hablan los organizadores deben tener experiencia en la enseñanza del idioma y manejar bien el español. Ahí fallaron los organizadores...)