Hace unos cuantos años, el escritor de este artículo que apareció en La Estrella de Panamá, el Dr. Rolando José Rodríguez De León, junto con la Lic. Rosa Siu Fung, ofrecieron en el Museo de Arte Contemporáneo la conferencia ‘¿A dónde se fue el anime en Panamá?', en la que se trataba el tema de la desaparición del anime de la parrilla de programación de las televisoras locales. Se explicaban las probables causas, los pros y contras que tuvo el avance de la tecnología y la influencia de los grupos de anime y manga panameños.
Se consideraba que las probabilidades de volver a ver animaciones japonesas en los canales nacionales eran muy pocas y se enumeraban algunas razones del por qué; sin embargo, no se descartaba la posibilidad de que las televisoras encontraran la fórmula para lograrlo. Al momento de escribir este artículo, en RPC TV parece estar funcionando; desde el mes de mayo, Cinemark está presentando anime y películas basadas en anime con actores reales; y ya se pueden adquirir mangas en librerías como El Hombre de la Mancha. ¡Enhorabuena!
Para conocer cómo surgieron estas iniciativas contactamos a los encargados de programación de Cinemark y RPC TV. En ambas empresas factores económicos y sociales se equilibraron para hacer realidad la añoranza de los fanáticos del anime en el país. Se basan en primer lugar en la añoranza de la generación que vio anime en la televisión, muchos de los cuales ahora son padres o abuelos y desean compartir con su familia las animaciones que otrora disfrutaron.
Por otro lado, está el empuje de las nuevas generaciones, los nuevos fanáticos de la animación japonesa en Panamá han crecido, ya sea por la facilidad de acceder a series o películas, por la llegada de migrantes o por la gran difusión mediante internet.
Este crecimientos es palpable cuando se ve el aforo de los eventos de anime y manga, no solo en la ciudad, sino en provincias como Chiriquí, Veraguas y Coclé, entre otras, con llenos completos y fanáticos que se trasladan a las provincias y viceversa, para compartir su pasión.
La programación para las pantallas chica y grande es diferente. Cinemark tiene dos tandas, una en las tardes para toda la familia y los jueves a las siete de la noche para los mayores y personas que trabajan. Actualmente presenta las películas por tres días y al momento de publicarse este artículo ya los fanáticos habrán disfrutado de animaciones como El viaje de Chihiro (‘Sen to Chihiro no kamikakushi', 2001), La Princesa Mononoke (‘Mononoke hime', 1997), El castillo Vagabundo (‘Howl no Ugoku Shiro', 2004) y la trilogía con personajes reales de la saga Death Note (‘Desu noto', 2006 [2] y 2016.).
Por su parte RPC TV escogió el horario de 9:30 pm, porque en ese horario la parrilla de programación de los canales locales presenta telenovelas o ‘bochinches', por lo que les pareció que era el mejor momento para que las familias pudiesen compartir una programación más edificante.
En sus planes a futuro está no solo seguir presentando las series que tanto amamos, sino comprar nuevas licencias, cerrando el círculo en que los padres explican a los hijos las series que vieron, con los hijos explicando a los padres las nuevas. Ahora mismo se puede disfrutar de lunes a viernes con las series Dragon Ball Z, Sailor Moon y Los Caballeros del Zodíaco. Ambos afirman que han tenido una buena acogida y precisamente de ello depende que ambas iniciativas se mantengan en pantalla. Se enfatiza que la duración depende directamente de la audiencia, pues no son monjas de la caridad y requieren de un ingreso para justificar ante sus superiores el producto.
El problema principal es que en esta época descargarse las series o películas que interesan, de forma legal o ilegal es muy fácil. Existen canales de suscripción como Crunchyroll o Netflix, con una buena calidad y por supuesto, los sitios de torrentes para descargas. Por tanto el fanático tiene un acceso más rápido a lo que le interesa ver, en la comodidad de su casa y, en ocasiones, de forma gratuita.
Algunas personas desean ver tal o cual animación y al no estar en la parrilla, deciden no ver nada, lo que produce el efecto negativo, al bajar la cuota necesaria de público, si Cinemark y RPC TV no alcanzan la rentabilidad necesaria, cierran la oferta y buscarán nuevos proyectos.
En lo que a cine se refiere, no hay mejor forma de ver una película que en una pantalla grande, es decir, estamos hablando de por lo menos seis metros de longitud, un lugar oscuro para que el espectador se sumerja en la historia, que pueda apreciar los detalles y disfrutar de una experiencia sensorial que en casa es difícil de conseguir y lograr la añorada suspensión de la incredulidad.
Con El viaje de Chihiro el gozo está en el nivel de detalles y a pesar de haberla visto en televisión, el cine verdaderamente realza y le insufla nueva vida. Algo que se aprecia sobremanera es que las películas se presenten en el idioma original con subtítulos, aunque esto aleje a los más pequeñines, permite disfrutar de las creaciones tal como las hizo su director.
La actitud del fanático debe ser apoyar y la manera es ir al cine o ver la programación en televisión, a pesar de haberla visto o tener la facilidad para descargarla. Es la vía correcta para que las iniciativas se mantengan y mejoren. Tal vez en un futuro cercano tanto RPC TV como Cinemark (y me atrevería a decir que muchas empresas más) den el siguiente paso y hagan promociones que incluyan mercancías de las animaciones que nos presentan, porque... ¿a quién no le gustaría tener un objeto que le recuerde las series o películas que ha disfrutado?
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