miércoles, 22 de noviembre de 2017

LLAMADO DE ATENCIÓN A LOS HOMBRES...

Las relaciones de pareja han cambiado mucho a lo largo de la historia, y en cada cultura.
Los hombres solían controlar casi completamente las vidas de sus esposas anteriormente, y ellas eran poco menos que un adorno en casa, sólo útil para hacer bebés.
En la actualidad las cosas han cambiado mucho, y las mujeres son cada vez más independientes y respetadas. Los hombres que menosprecian el valor de una mujer son menos con cada día que pasa, y la igualdad de sexos en todo sentido, a pesar de que aún no la alcanzamos, está más cerca con cada día que pasa.
Por todo esto, no se puede entender que aún hoy en día haya mujeres que dejen que sus novios y esposos las maltraten. No puedes prolongar una relación romántica tóxica si te das cuenta de que esa persona que quieres no tiene el mínimo respeto por ti.


Busca ayuda profesional si alguna de las cinco te aplica. Ningún hombre que te haga esto podrá merecerte.

  • Te controla como quiera. Nunca es buena señal que un hombre siempre quiera saber qué haces, con quién estás, hasta qué vistes. Es algo que sólo hace la gente manipuladora, y no puedes permitir que un hombre te mangonee así. Evita una pareja manipuladora y controladora.
  • Te hace sentir insignificante. Nadie se merece oír que su vida no importa, o que no es especial de ninguna manera. Si tu pareja no deja de insultarte, de decir que eres una fracasada o que no haces nada bien, es momento de poner distancia. No dejes que un hombre afecte tu autoestima de esta manera.
  • Te obliga a vivir en el anonimato. Un hombre que no le diga a su familia y amigos que está contigo no es una buena pareja. Significa que puede estar usándote por su propio beneficio, y no que te quiera como tú a él. Evita a un hombre así a toda costa.
  • Te hace daño físico. Si tu pareja da alguna señal de agresividad, así diga que es por juego, tienes que estar muy consciente de que eso puede empeorar con el tiempo. Si no quieres permitir que eso pase, aléjate de él cuanto antes.
  • Te traiciona. Si un hombre te cambia por otra, te pone los cuernos, o te hace sentir su segunda opción de alguna manera, tienes que saber que no es para ti. Un hombre que te merezca nunca te va a dejar en segundo lugar.

Cuida de tus relaciones, y no pierdas la autoestima por culpa de personas que no te merecen. Busca el amor en donde sí valga la pena encontrarlo.

viernes, 10 de noviembre de 2017

¿ESTAMOS DESTRUYENDO LA AUTOESTIMA DE NUESTROS HIJOS Y NO NOS DAMOS CUENTA?

Una buena autoestima se desarrolla principalmente con el reconocimiento de nuestros puntos fuertes, pero también de nuestros límites.
Hoy sabemos que la confianza en uno mismo y el sentimiento de sabernos amados permiten afrontar mejor los fracasos y las desilusiones que inevitablemente llegan a la vida de cada ser humano.
Para que un niño adquiera una imagen positiva de sí mismo, va a necesitar de sus padres porque ellos serán quienes jueguen el rol principal en la construcción de esta confianza.

Empecemos por nosotros mismos.

¿Alguna vez te preguntaste cómo aprendieron los hombres primitivos a pescar, cazar y recolectar sus alimentos? Simplemente imitando a los mismos animales.
El hombre es básicamente un ser social y que aprende por imitación, por eso siempre hablamos de que los padres somos el espejo en el que nuestros hijos se miran para forjar su propia personalidad y desarrollar conductas personales.
De la misma manera la autoestima también se enseña y se aprende.
Los niños nos observan todo el tiempo y sabiendo esto, debemos tener en cuenta algunos aspectos que es importante demostrar:

  • No te desanimes ante el primer obstáculo ni ante un objetivo que demanda esfuerzo. Que tus hijos te vean ser perseverante.
  • Muéstrate orgulloso de tus logros, aun cuando sean pequeños.
  • Realiza actividades que te gusten por placer.
  • No demuestres estar pendiente de la opinión de los demás.
  • Explica con motivos razonables que en determinados momentos debes ponerte como prioridad. (Por ejemplo, si estás enferma, es justo que descanses y otros se ocupen de llevar adelante la casa).
  • No te subestimes. Si cometiste un error, o simplemente no sabes realizar una tarea, explica a tus hijos que la próxima vez te esforzaras por hacerlo mejor.
  • Durante la cena, propone a cada integrante de la familia que cada uno nombre un logro o algo bueno que haya hecho ese día.
  • Si consideras que no logras ver el lado positivo de las cosas, consulta con un profesional. Una baja autoestima de los padres o un estado depresivo, puede minar la confianza de los hijos en sus propios padres y en sí mismos.

¿Qué debemos evitar?

Los niños desarrollan en primer lugar seguridad y un lazo de confianza con sus padres a través del afecto y los cuidados constantes que recibe. Cuando respondemos a sus necesidades, los niños desarrollan poco a poco el sentimiento de ser lo suficientemente importantes para quienes los rodean.
En su interior se proyecta la imagen de: “Me siento seguro, me escuchan, me cuidan”. Al mismo tiempo, cuando los dejamos explorar el Universo por sí mismos, la idea que aparece es la que forja la autoestima: “Mis padres confían en mi”.
Pero, ¿qué pasa cuando cometemos errores sin advertirlo y con ello estamos echando por tierra su autoestima?
A veces, el amor puede ser la antesala a los excesos, como por ejemplo, la sobreprotección y a instalar la idea de que nunca podrán valerse por sí mismos si no estamos nosotros para explicarles lo que deben hacer y cómo lo deben hacer.
Vamos a ver cuáles son los errores a evitar:

  • No sobreprotejas a tu hijo, porque no sólo le impedirás aprender, sino que al mismo tiempo le estás enviando un mensaje errado generando la idea de que es incapaz de hacer algo bien o de que no confías en él.
  • No lo critiques. Si siempre estás haciendo comentarios negativos a tu niño y si a pesar de sus esfuerzos, te muestras insatisfecho de su trabajo o su comportamiento, solo conseguirás que se desanime.
  • Aunque su logro no sea el mejor o no lo haya hecho del todo bien, igual felicítalo. Cada tanto y a solas, muéstrale con amabilidad de qué manera puede hacerlo mejor. ¡Nunca critiques a tu hijo!
  • Si tu hijo comete un error o no actúa de manera correcta, es importante centrar la atención en la acción y no atribuir la acción a la personalidad. Es preferible decir “Tu actitud no estuvo bien”, en lugar de decir “eres malo”, o “eres egoísta”.
  • Por muchos errores que cometan, nuestros hijos siempre valoran lo que nosotros como padres opinamos de ellos. Todo lo que digas tendrá en ellos un impacto negativo o positivo.
  • Nunca lo humilles, ni lo rebajes, ni te burles de él.
  • Se siempre positivo. Explica las cosas sin amenazar, sin gritar y sin insultar. Los comentarios hirientes dejan una marca indeleble y no construyen nada positivo.
  • ¡Eres el centro del Universo de tu hijo! ¡Nunca lo olvides! Los niños son muy sensibles a la mirada de sus padres. No lo ignores. Interésate por todo lo que tenga que contarte. La atención que le prestes es muy importante para él.
  • Si bien es positivo animar a nuestros hijos a que vayan por más, debemos mantenernos realistas en nuestras exigencias para que estén en concordancia con sus posibilidades. No seas muy exigente. Si no logra lo que esperas de él y se lo haces saber, puedes afectar su confianza.
  • ¡Nunca lo compares! Nuestros hijos son todos diferentes y cada uno tiene sus defectos y sus virtudes. Es decir, son personas. Comparar con sus hermanos o con otros niños sólo contribuirá a minar su confianza e incluso a desarrollar celos innecesarios. No alteremos el buen clima que debe reinar en una familia con actitudes que generan competencia, resentimiento y rencor.
  • En todo caso, compáralo consigo mismo. Destaca sus logros y sus progresos.

¿Cómo ayudarlos?

Muchas veces sabemos lo que no debemos hacer pero no tenemos claro qué debemos hacer. ¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a fortalecer su autoestima? Aprovecha tu influencia sobre tus hijos y contribuye a hacer de ellos seres confiados y seguros. Te dejamos algunos consejos.

  • Lo primero, dile que confías en él.
  • Valora sus esfuerzos. ¡El esfuerzo muchas veces es más importante que el resultado! Y eso aplica tanto a grandes como a chicos.
  • No se trata de festejar todo lo que hace, sino de notar y hacerle notar que ves lo bien que ha hecho un trabajo o lo importante de que haya encontrado una solución a un problema. Esto es muy importante para él.
  • Tal vez en algún momento debemos enfrentarnos al hecho de que tu hijo tiene dificultades para realizar algo en concreto. Todos tenemos limitaciones y de hecho nadie puede hacer absolutamente todo bien. Es importante destacar el progreso, el esfuerzo y el empeño puesto en mejorar.
  • Explica a tu hijo que un error no tiene que verse como un fracaso, y un fracaso puede ser la oportunidad para generar algo nuevo y mejor. Muéstrate orgulloso de él aunque se equivoque y reflexionen juntos sobre cómo hacerlo mejor la próxima vez.
  • Ya desde muy pequeños nuestros hijos pueden realizar pequeñas tareas en el hogar. Ordenar sus juguetes, hacer su cama, lavar su taza. Darle responsabilidades con cariño y respeto es una oportunidad para que desarrolle sus habilidades y se sienta orgulloso de sus logros.
  • Pasa tiempo con tus hijos. Sabemos que las obligaciones que tenemos son muchas y también los padres estamos muy exigidos, pero darle tiempo de calidad a nuestros hijos les hará saber que te interesas por ellos.
  • Demuestra a tu hijo que lo amas sin condiciones y que tu cariño no está condicionado a nada.
  • Deja que tu hijo te cuente cómo se siente y exprese sus sentimientos. ¡Anímalo a esto!
  • Intenta que tu hijo aprenda a conocerse a sí mismo. Ayúdalo a descubrir cuáles son sus mejores condiciones.
  • Permite que de a poco vaya tomando sus propias decisiones. Puedes empezar por dejar que escoja qué ropa ponerse, por ejemplo.
  • Anímalo a aceptar desafíos acordes a sus posibilidades.
  • Sé realista en cuanto a las expectativas que tengas sobre tus hijos.

Como adultos ya hemos atravesado éxitos y fracasos y sabemos que son inevitables. Podemos guiar a nuestros hijos, pero no podemos ponerlos a salvo de todo lo que pueda acontecer en sus vidas. Ellos deben transitar sus propias experiencias.
Poco a poco aprenderán a desarrollar mayor autonomía, habilidades y competencias que les harán vivir éxitos y también fracasos, algo a lo que no debemos tener miedo, porque es importante destacar que es una forma de volver a empezar.
La perseverancia no está instalada en nuestros hijos. Es normal que los niños no quieran hacer un segundo intento en algo con lo que no les fue bien. Y precisamente nuestro rol es el de animarlos a volver a intentarlo.
Estimularlos y reconocer el esfuerzo, que ya en sí mismo es un logro, los hará sentirse especiales y cuando veamos la alegría reflejada en una sonrisa será nuestro turno de recibir una cuota de autoestima al deleitarnos disfrutando de los frutos de todo lo que hemos sembrado como padres.

lunes, 6 de noviembre de 2017

¡TODAVÍA ESTÁS A TIEMPO!

Una vez escuché decir a alguien: “La vida son tres días y ya pasaron dos”. Sí, puede sonar un poco extremo, pero el punto es que cuando llegas a una determinada edad esta reflexión ya no te parece tan exagerada, sino más bien, un resumen de lo vivido hasta el presente.

Y entonces empiezan a aparecer estos interrogantes que a todos en algún momento nos llegan: ¿A dónde voy? ¿Por qué no hice…? ¿Por qué no dije…?
Para algunos pocos puede haber respuesta, pero la gran mayoría se encontrará buscando en la memoria y en el historial de sus vidas una explicación para todo eso que podría haber sido y no fue.
Y créanlo o no, el arrepentimiento por todo eso que nos hubiera gustado hacer y no concretamos nunca por diversos motivos empieza a hacer mella y el lamento rápidamente puede convertirse en depresión.
El paso del tiempo no sólo supone que algunas oportunidades se dejaron escapar, sino que ya el físico no nos acompaña para realizar determinadas tareas para las que es necesario tener una condición física acorde.
Por eso, hoy que todavía eres joven o que aunque no lo seas tanto, tu cuerpo responde a tus exigencias, reflexiona y analiza sobre esta lista de cosas, hecha por aquellos que se formularon muchos interrogantes cuando ya no había retorno.

  • No haber conocido otros lugares: Trabajamos, ahorramos y cuando llega el momento de disfrutar, el dinero se nos va en otras prioridades. Aunque te digas que Las Pirámides de Egipto siempre estarán ahí, no lo dejes pasar. ¡Hazlo ahora que puedes!
  • No haber aprendido otro idioma: Siempre tarareabas esa canción que te encantaba pero nunca supiste qué decía la letra. ¿Por qué no empezar esta misma semana con el curso del idioma que siempre quisiste hablar? Nunca es tarde para aprender algo nuevo.
  • Terminar con una mala relación: Cuando se habla de “relación” no siempre nos referimos a una relación de pareja, sino también a amistades que no nos dejan nada bueno y que solo amargan nuestra vida. ¡Libérate hoy mismo de gente tóxica!
  • No haber usado protector solar: Un error propio de la juventud. El sol es vida, luz y calor… y claro que sí; pero también es arrugas, manchas en la piel y otras complicaciones más serias. ¡Protégete!
  • Ir a conciertos de tus músicos preferidos: ¡Para ellos también pasa el tiempo! Cuando se presente la ocasión, sé el primero en comprar las entradas para un concierto de ese artista que te apasiona.
  • Tener miedo excesivo: El miedo paraliza. Y es así: nada se habría logrado si algún valiente, osado y audaz no se hubiera atrevido a algo que podía parecer muy arriesgado o loco. ¡Anímate!
  • Adecuarse al rol de su género: Tal vez uno de los mandatos familiares más arraigados en muchos de nosotros. Cosas para hombres… cosas para mujeres… ¡Libérate de los estereotipos y haz lo que te plazca!
  • Permanecer por años en un trabajo que detestas: No perdemos de vista que muchas veces no hay alternativa. Hay que vivir y pagar cuentas para vivir. Pero si tu oportunidad de dejar ese lugar que no te motiva y en donde no te valoran aparece, no lo pienses dos veces. Cuando algo termina, siempre algo nuevo empieza y que hasta puede ser mejor.
  • Miedo a decir “Te amo”: Quedarse esperando a que el ser amado dé el primer paso puede ser el peor error de nuestras vidas. No dejes que el tiempo pase para ver cómo esa persona se aleja para nunca más volver. Toma la iniciativa y guarda la tranquilidad de haber hecho todo por conseguir ese amor. ¿Y si al otro le está pasando lo mismo? ¡Piénsalo!.
  • Preocuparse demasiado por lo que piensen los demás: Esto es algo a lo que casi nadie escapa y que cada individuo debe resolver por sí mismo. Los demás nunca dejarán de opinar sobre cosas de las que por lo general, no saben nada. Nadie te conoce mejor que tú mismo. “A palabras necias, oídos sordos”. Concéntrate en tus objetivos porque nadie puede vivir tu vida.
  • No haber agradecido lo recibido: Todo pasa por una razón y cada situación que atraviesa nuestras vidas o cada persona que cruza nuestro camino nos deja algo en qué pensar. Agradece cada cosa que te llega porque todo eso ha forjado la persona que eres.
  • Compadecerte eternamente: Por mucho que nos esforcemos no somos el ombligo del mundo. Cuanto antes entiendas y asumas esto, podrás disfrutar de las cosas que te tiene reservadas el destino.
  • Haber sido rencoroso: El rencor sólo nos hace perder oportunidades. Pensar en el daño que nos hizo alguien que tal vez ya ni siquiera se acuerde de nosotros es inútil y envenena el alma. No te restes energía para cosas importantes aferrándote a situaciones del pasado. Déjalo ir.
  • No haber preguntado más cosas a tus abuelos antes de perderlos: ¿Quién no recuerda anécdotas o cosas que decían nuestros abuelos? Un día lamentamos no haber pasado más tiempo con ellos escuchando sus historias y recibiendo sus consejos. Disfrútalos antes de que se vayan.
  • No haber jugado más con tus hijos: La vida agitada, las preocupaciones, los conflictos financieros… todo conspira para restarle tiempo a nuestros hijos. No dejemos que el tiempo vuele para de pronto ver cómo abandonan el nido o se convierten en extraños.

Recuerda: Haz lo que quieras hacer, antes de que se convierta en lo que te “gustaría” haber hecho.

jueves, 2 de noviembre de 2017

¿POR FIN TE DISTE CUENTA, "MAYUYU"?


Tal vez "la forma en que caminó durante el tiempo en que estuvo con el grupo AKB48 hasta el sol de hoy no estaba equivocada", pero, ¡POR FIN! Watanabe Mayu (considerada por la prensa internacional como "el verdadero símbolo 'idol' del siglo XXI") se graduó del grupo en cuestión la noche de Halloween, ante más de 15,000 asistentes, en la Súper Arena de Saitama (Japón). Con 11 años de carrera a cuestas, y siendo (según dicen) la mejor referencia del prototipo "idol" japonés por excelencia en nuestros días, ahora tendrá que recorrer un camino totalmente diferente al que estaba acostumbrada a recorrer...
¡Le deseamos suerte y éxito, seguramente los va a necesitar en su nueva faceta!