lunes, 6 de noviembre de 2017

¡TODAVÍA ESTÁS A TIEMPO!

Una vez escuché decir a alguien: “La vida son tres días y ya pasaron dos”. Sí, puede sonar un poco extremo, pero el punto es que cuando llegas a una determinada edad esta reflexión ya no te parece tan exagerada, sino más bien, un resumen de lo vivido hasta el presente.

Y entonces empiezan a aparecer estos interrogantes que a todos en algún momento nos llegan: ¿A dónde voy? ¿Por qué no hice…? ¿Por qué no dije…?
Para algunos pocos puede haber respuesta, pero la gran mayoría se encontrará buscando en la memoria y en el historial de sus vidas una explicación para todo eso que podría haber sido y no fue.
Y créanlo o no, el arrepentimiento por todo eso que nos hubiera gustado hacer y no concretamos nunca por diversos motivos empieza a hacer mella y el lamento rápidamente puede convertirse en depresión.
El paso del tiempo no sólo supone que algunas oportunidades se dejaron escapar, sino que ya el físico no nos acompaña para realizar determinadas tareas para las que es necesario tener una condición física acorde.
Por eso, hoy que todavía eres joven o que aunque no lo seas tanto, tu cuerpo responde a tus exigencias, reflexiona y analiza sobre esta lista de cosas, hecha por aquellos que se formularon muchos interrogantes cuando ya no había retorno.

  • No haber conocido otros lugares: Trabajamos, ahorramos y cuando llega el momento de disfrutar, el dinero se nos va en otras prioridades. Aunque te digas que Las Pirámides de Egipto siempre estarán ahí, no lo dejes pasar. ¡Hazlo ahora que puedes!
  • No haber aprendido otro idioma: Siempre tarareabas esa canción que te encantaba pero nunca supiste qué decía la letra. ¿Por qué no empezar esta misma semana con el curso del idioma que siempre quisiste hablar? Nunca es tarde para aprender algo nuevo.
  • Terminar con una mala relación: Cuando se habla de “relación” no siempre nos referimos a una relación de pareja, sino también a amistades que no nos dejan nada bueno y que solo amargan nuestra vida. ¡Libérate hoy mismo de gente tóxica!
  • No haber usado protector solar: Un error propio de la juventud. El sol es vida, luz y calor… y claro que sí; pero también es arrugas, manchas en la piel y otras complicaciones más serias. ¡Protégete!
  • Ir a conciertos de tus músicos preferidos: ¡Para ellos también pasa el tiempo! Cuando se presente la ocasión, sé el primero en comprar las entradas para un concierto de ese artista que te apasiona.
  • Tener miedo excesivo: El miedo paraliza. Y es así: nada se habría logrado si algún valiente, osado y audaz no se hubiera atrevido a algo que podía parecer muy arriesgado o loco. ¡Anímate!
  • Adecuarse al rol de su género: Tal vez uno de los mandatos familiares más arraigados en muchos de nosotros. Cosas para hombres… cosas para mujeres… ¡Libérate de los estereotipos y haz lo que te plazca!
  • Permanecer por años en un trabajo que detestas: No perdemos de vista que muchas veces no hay alternativa. Hay que vivir y pagar cuentas para vivir. Pero si tu oportunidad de dejar ese lugar que no te motiva y en donde no te valoran aparece, no lo pienses dos veces. Cuando algo termina, siempre algo nuevo empieza y que hasta puede ser mejor.
  • Miedo a decir “Te amo”: Quedarse esperando a que el ser amado dé el primer paso puede ser el peor error de nuestras vidas. No dejes que el tiempo pase para ver cómo esa persona se aleja para nunca más volver. Toma la iniciativa y guarda la tranquilidad de haber hecho todo por conseguir ese amor. ¿Y si al otro le está pasando lo mismo? ¡Piénsalo!.
  • Preocuparse demasiado por lo que piensen los demás: Esto es algo a lo que casi nadie escapa y que cada individuo debe resolver por sí mismo. Los demás nunca dejarán de opinar sobre cosas de las que por lo general, no saben nada. Nadie te conoce mejor que tú mismo. “A palabras necias, oídos sordos”. Concéntrate en tus objetivos porque nadie puede vivir tu vida.
  • No haber agradecido lo recibido: Todo pasa por una razón y cada situación que atraviesa nuestras vidas o cada persona que cruza nuestro camino nos deja algo en qué pensar. Agradece cada cosa que te llega porque todo eso ha forjado la persona que eres.
  • Compadecerte eternamente: Por mucho que nos esforcemos no somos el ombligo del mundo. Cuanto antes entiendas y asumas esto, podrás disfrutar de las cosas que te tiene reservadas el destino.
  • Haber sido rencoroso: El rencor sólo nos hace perder oportunidades. Pensar en el daño que nos hizo alguien que tal vez ya ni siquiera se acuerde de nosotros es inútil y envenena el alma. No te restes energía para cosas importantes aferrándote a situaciones del pasado. Déjalo ir.
  • No haber preguntado más cosas a tus abuelos antes de perderlos: ¿Quién no recuerda anécdotas o cosas que decían nuestros abuelos? Un día lamentamos no haber pasado más tiempo con ellos escuchando sus historias y recibiendo sus consejos. Disfrútalos antes de que se vayan.
  • No haber jugado más con tus hijos: La vida agitada, las preocupaciones, los conflictos financieros… todo conspira para restarle tiempo a nuestros hijos. No dejemos que el tiempo vuele para de pronto ver cómo abandonan el nido o se convierten en extraños.

Recuerda: Haz lo que quieras hacer, antes de que se convierta en lo que te “gustaría” haber hecho.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario