La industria del anime esta llena de contradicciones... si bien el anime ha experimentado un crecimiento récord de ingresos durante tres años consecutivos, 25% de los estudios de anime han registrado una pérdida neta partir del 2015.
Esta noticia proviene de un capítulo de Oikonomiya, donde se pone a manifiesto que el número de estudios que pierden dinero ha aumentado en un 5% desde 2014.
Aún más deprimente es la cara joven de esta grave situación, y con ello nos referimos a los animadores novatos. En Tokio existe una comunidad de vecinos sin fines de lucro, que ofrece viviendas de bajo costo para los animadores.
Dicho grupo habló acerca de los sueldos que ganan los animadores, y mencionaron que ganan un aproximado de 540 dólares al mes, si son de clase media. Lo que es peor, incluso se sabe que dejan de recurrir a gastos chicos como fumar, e un 80% de los casos, pues no tienen la chance de gastar ni un mínimo excedente.
¿Cómo es que una industria de $ 15,9 mil millones es el hogar de estudios y en su defecto altas tasas de pobreza? La respuesta más común es el comité de producción. Los creadores de anime han empezado a ventilar sus quejas con este sistema, que proporciona a los editores y tiendas de venta una gran parte de las ganancias, mientras que los estudios tienen que depender de las ventas de discos Blu-ray y DVD's.
Aquí están algunos creadores que han criticado el sistema:
Osamu Yamasaki, director de Hakkenden, ha abogado por mejores condiciones de trabajo para los jóvenes animadores. La sociedad ha idealizado la imagen de “artista muerto de hambre” respecto a los animadores.
Toshio Okada, el ex Presidente de Gainax, y el director Yutaka Yamamoto, llevaron a cabo un seminario conjunto para hablar de la injusticia del sistema de comités de producción. La mayoría de los integrantes no tienen un interés personal en la calidad del anime que están financiando, y están contentos con el aumento de las ventas de manga o la venta de figuras de PVC, que es caro. A pesar de la disposición de China para financiar el anime, la mayoría de los comités se niegan a trabajar con los inversores, ya que no quieren renunciar a su 40% de control de ganancia.
El anime sigue un modelo de producción lineal, lo que lo hace propenso a los retrasos y el desperdicio de recursos.
Kyoko Kotani, directora de animación de Kuroko no Basket, habló sobre muchos proyectos de animación que están recibiendo luz verde, lo que pone una tensión en el grupo de animadores ya que no hay tiempo para la formación adecuada. También dijo que el modelo de producción actual está fuera de moda, lo que se traduce en el aumento de la cantidad de retrasos en diferentes series.
Thomas Romaine, director de arte de Symphogear, ha hablado de cómo las escuelas de animación han ido cerrando ya que el interés en formar parte de la industria ha ido disminuyendo entre los jóvenes. Se ha observado también que los beneficios de la mercancía va a los titulares de derechos y no a los estudios de animación.
Por otra parte, un informe de la AEYAC, una organización sin ánimos de lucro, descubrió que el 53% de los jóvenes animadores sobreviven gracias a la ayuda económica de sus padres. Si bien esto no es un problema por ejemplo, la sociedad japonesa ha estigmatizado cada vez más esta práctica y califican a los animadores como "solteros parásitos” o “freeters.”
Solteros parásitos fue originalmente una etiqueta reservada para las mujeres solteras, pero ahora incluye a hombres que dependen de los subsidios para cubrir sus gastos. Freeters se refiere a las personas que trabajan a tiempo parcial o como trabajadores por contrato.
Dennou bobina fue un éxito financiero y crítico, pero el director sostuvo que los miembros del personal eran todavía mal pagados.
Parece que la mayor preocupación de la industria debe ser el tratamiento de los animadores, que debe ser abordado más pronto que tarde.
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