Cuando una mujer se convierte en mamá, todos a su alrededor le daban miles de consejos acerca de cuál era la forma ideal de amar a mis hijos, pero ella nunca hacía caso, cuando en realidad son pocos quienes saben criar hijos felices. ¡Un caso típico de la mayoría de nuestros hogares!
Exhorto a todos aquellos que están leyendo esto que tomen en si mismos la responsabilidad de hacerlo. La principal prioridad debe ser que los hijos sean felices, no robots obedientes. La mayoría de los padres de familia se preocupa tanto por sus hijos que no les permiten cometer sus propios errores; se meten en sus vidas y procuran exageradamente protegerlos de las posibles dificultades del mundo que los rodea.
Mi regla de oro: Prepara a tu hijo para el camino, pero no le quites la posibilidad de recorrerlo por su propia cuenta.
Error № 10: Adorar a los hijos
La mayoría de nosotros trata de ser un padre o madre ideal. Muchos de nuestros niños viven en mejores condiciones que las que nosotros mismos vivimos cuando teníamos su edad; satisfacemos los caprichos de nuestro hijo. El problema es que los niños empiezan a tener la impresión de que el mundo gira en torno a ellos y cuando no reciben lo que quieren sienten una gran tristeza, por decir lo menos. Se ponen mucho más tristes que el hijo del vecino a quien no miman tanto.
No debemos ceder ante nuestros hijos, debemos amarlos. Para nosotros ellos son en gran parte el centro del Universo, pero ellos no deben percibirlo así, de otra manera crecerán siendo egoístas. No conseguir lo que quieres aquí y ahora es algo normal.
Error № 9: Creer que los hijos son ideales
Escucho con frecuencia de la boca de especialistas que trabajan con niños que muchos padres de familia no están preparados para asimilar comentarios negativos con relación a sus hijos. Tan pronto como se los critica, un aire negativo se apodera del ambiente y hasta puede percibirse agresión de su parte; algunas veces hasta necesitamos entrar al consultorio donde están para que la situación no se salga de control. Si los educadores de la escuela te dicen que tu hijo se comporta mal y ofende a sus compañeros hay que sacar conclusiones con respecto al niño, no al profesor.
Error № 8: Tus hijos son toda tu vida
Estamos orgullosos de nuestros hijos: cuando algo importante les sale bien nos sentimos más felices que si nos hubiese pasado a nosotros, pero hay un límite para todo. Tú también debes tener tu propia vida y tus propios éxitos. Los niños necesitan un buen ejemplo para imitar; conviértete en ese ejemplo. Si quieres que tu hijo viva una vida plena, vívela tú también.
Error № 7: Tomar decisiones por tu hijo
Por supuesto que queremos que nuestros niños no caigan en alguna historia de terror de la vida real, por supuesto que queremos que nos agradezcan y nos respeten por el hecho de querer darles una vida mejor.
Aún así el problema de un niño bajo estas circunstancias es que no sabe pensar por su cuenta y puede caer en uno de dos extremos: no puede tomar incluso las decisiones más simples sin tu participación o empieza a olvidar que la permisividad no es algo normal. No tomes decisiones por tu hijo, ni le digas quién debe ser: eso es lo contrario a mostrarle tu amor, y el amor es algo necesario.
Error № 6: Competencia de crianza
Cada papá o mamá quiere que su hijo sea mejor que los demás: que estudie mejor, que tenga mejores resultados en los deportes. Algunos están tan obsesionados con eso que sus retoños empiezan a ver la vida como una competencia sin fin. Pero la vida en realidad no es sólo sudor y lucha; la vida también es la alegría de disfrutar del momento. Lo mejor que puedes hacer es inculcar en tu hijo la idea de que ganar no es lo único que importa, mucho menos a como dé lugar. Una persona se define por su carácter, no por la cantidad de sus victorias.
Error № 5: Quitarle el derecho a ser niño/a
Entre más feliz sea la niñez de tu hijo o hija, más feliz será como adulto. Eso es un hecho comprobado por investigadores al rededor del mundo. La forma más efectiva de quitarle el derecho a ser niño es llenarlo de deberes de casa, en vez de incentivarlo a que realice actividades académicas extracurriculares, clases de música, cursos de idiomas, deportes, etc. Y como si fuera poco queremos que nuestros hijos nos ayuden con las tareas del hogar. No hay que olvidar que ellos tienen derecho a ser niños, no adultos de cuerpo pequeño.
Error № 4: Querer un hijo "ideal" y no un hijo "de verdad"
Empezamos a hacer planes para nuestros hijos cuando aún están en el vientre materno. Soñamos que cuando crezcan llegarán más lejos que nosotros.
La ironía es que no es posible tener el niño "ideal" con el que sueñas. Tienes o tendrás un hijo tal y como el que una persona como tú podría tener. No trates de cambiar en él lo que no te gusta a ti. No lo obligues a que se convierta en quien se supone que debe ser, de acuerdo a tus sueños. Deja que se convierta en quien él quiera ser.
Error № 3: Olvidas que los actos son más importantes que las palabras
Todos queremos parecer ideales ante nuestros hijos y sabemos que para que crezcan inteligentes y bondadosos debemos dar el ejemplo nosotros mismos; pero la mayoría de nosotros olvida que la educación en valores también funciona sólo si nosotros mismos actuamos de manera tal que esos valores se reflejen. Por eso cuando vayas a regañar a tu hijo por no respetar a sus mayores, pregúntate a ti mismo ¿será que él vio en mí un comportamiento parecido?
Error № 2: Juzgar a los padres por como son sus hijos
Cuando ves en alguna parte a un niño malcriado, automáticamente empiezas a pensar que seguramente tiene unos malos padres. Eso no siempre es así; no existen hombres ni mujeres "ideales"; en el mundo no hay nada completamente bueno así como no hay nada completamente malo. Nunca podremos saber en realidad cuánto se preocupan otros padres por sus hijos, por eso no conviene juzgarlos.
Error № 1: Subestimar el carácter
Cada niño tiene su propio carácter y su propia conciencia; esas dos cosas significan mucho más para él que tus intentos de convertirlo en una "persona ideal". No trates de criar a tu hijo "como te dé la gana". Cada niño necesita y merece una crianza que se ajuste a él. Lo más importante que debes tener en mente es cuidar su carácter. La única oportunidad que tienes de permitirle a tu hijo forjarlo es darle más libertad. No escondas a tu hijo del mundo real. Que tu amor no sea una cárcel.
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